Puente de Pellizano:
Pellizzano, ciudad formada por las zonas pobladas de Pellizzano y Ognano, así como las aldeas de montaña de Termenago y Castello, se ha distinguido en los últimos años como un centro en constante expansión, y con una sólida reputación como centro de residencia de verano, acompañado de buen desarrollo residencial. En el contexto de este crecimiento, la sangre nueva ha desarrollado actividades, más tradicionales y vinculadas a la historia del país, como la cría de animales, el comercio de madera, el comercio y la artesanía.
Tanto Pellizzano como Ognano, sus orígenes se remontan a la época romana: nombres derivados de las personalidades latinas «Pellitius» y «Aunius», quizás los veteranos del ejército romano que poseían estas tierras como premios después de tantas campañas victoriosas. Avanzando a través de los siglos medievales, una leyenda describe el pasaje para Pellizzano de Carlomagno: aquí el gran emperador franco habría convertido a paganos y judíos, construyendo la iglesia que todavía existe. En realidad, las primeras noticias ciertas comienzan desde los primeros años del siglo XIII, y nos cuentan sobre un asentamiento activo dedicado a la agricultura y la cría de ganado.
La iglesia gótica-renacentista de Pellizzano, dedicada a la Natividad de María, representa el edificio sagrado más valioso de Val di Sole. Se dice, según las leyendas que la iglesia fue erigida por Carlomagno, mientras que los documentos de archivo sitúan su construcción en 1264.
Nosotros no pasamos de contemplar su magnifico puente de madera y a el y su entorno pertenecen estas fotos, desde luego en nuestro próximo viaje será una parada obligatoria, sobre todo para visitar su iglesia.