Lisboa: Torre de Belem:
La torre de Belém fue construida en el siglo XVI por iniciativa del rey Juan II, que diseñó un sistema de defensa para la desembocadura del río Tajo. Las obras de construcción de la torre comenzaron en 1515 y tras la muerte de Juan II fueron llevadas a cabo por el rey Manuel I; se completaron en 1521. El proyecto es del arquitecto militar Francisco de Arruda y de Diogo de Boitaca, que también colaboró en el proyecto del cercano Monasterio de los Jerónimos: se pueden apreciar de hecho algunas similitudes entre los dos edificios que sin embargo tenían diferentes funciones. Cuando fue construida, la torre estaba situada en medio de la corriente del río, mientras que hoy en día se encuentra a poca distancia de la orilla del Tajo. Este desplazamiento se debe según algunos a una desviación que sufrió el río después del devastador terremoto de 1755, mientras que otros afirman que es una consecuencia del desplazamiento progresivo de la costa hacia el sur. Puedes consultar más aquí sobre la torre de Belem y como visitarla.
Hemos estado varias veces en Lisboa pero siempre nos hemos dejado aparte el barrio de Belem para otra visita y este ha sido el momento, en un día de preciosa luz a finales de junio. Junto al centro histórico de Lisboa, la otra gran zona monumental de la ciudad es el barrio de Belém, que está situado frente al río Tajo, al oeste de la ciudad, con edificios emblemáticos de la arquitectura manuelina.
El interés turístico de Belém está centrado en cuatro lugares que son visita obligada en cualquier ruta de turismo en Lisboa: el Monasterio de los Jerónimos, la Torre de Belém, el Monumento a los Descubridores y la fábrica de Pasteles de Belém. En Belém destacan los dos principales edificios del estilo gótico manuelino que se conservan en Lisboa: El Monasterio de los Jerónimos y la Torre de Belém. Junto a ellos, es también muy conocido el Monumentos a los Descubridores, homenaje a los navegantes portugueses. Nuestra visita solamente comprende estos dos monumentos y el paseo al lado del Tajo y con vistas al puente 25 de abril.
La Torre de Belém es el monumento situado más hacia el oeste de la zona de Belém. Fácil de identificar, situada en la orilla del río Tajo, data del siglo XVI y nació como parte del proyecto de fortificaciones de defensa del estuario del Tajo. En su origen iba a estar rodeada totalmente por el agua, pero el avance de la orilla hace que ahora sólo una parte de ella esté sobre el agua. Se puede visitar en las horas de apertura habituales, aunque su vista desde el exterior merece más la pena que en el interior. Junto con el Monasterio de los Jerónimos, fue declarado Patrimonio de la Humanidad.
El Monasterio de Los Jerónimos data también del siglo XVI, durante las épocas más brillantes de los descubridores portugueses, y es una de las grandes obras del estilo gótico manuelino que existen.
El Monumento a los Descubrimientos data de la época salazarista -mediados del siglo XX- como un homenaje a los descubridores y navegantes portugueses. Se construyó originalmente para una exposición de la lusofonía y el monumento actual es una réplica en hormigón de 50 metros de altura, a la que se puede subir con un ascensor.
Por último, la fábrica de los Pasteles de Belém es una inmensa cafetería ubicada a pocos metros del Monasterio de los Jerónimos, pero que es tremendamente popular en toda la ciudad de Lisboa. Su especialidad es una variedad de receta patentada de los populares pasteles de nata que no se elaboran igual en ningún otro sitio y que podemos disfrutar en sus inmensas salas o llevar a casa en envases muy peculiares si tenemos que comprar recuerdos de Lisboa. Esto nos que junto con el monasterio para la próxima visita.