Puestos a buscar poblaciones atractivas para visitar y fotografiar cerca de Madrid, nos dimos una grata sorpresa con Torrelaguna, por donde habíamos pasado innumerables veces de camino a otras poblaciones como Patones o la presa del Pontón de la Oliva, pero tiene un centro peatonal que era desconocido para nosotros de mucho valor arquitectónico y una plaza mayor impresionante. Nada menos que el cardenal Cisneros, San Isidro Labrador y su esposa, Santa María de la Cabeza nacieron aquí.
Se han encontrado restos arqueológicos que muestran la presencia prehistórica, celtíbera, romana, visigoda e islámica en el término municipal. Con la Reconquista, Torrelaguna se incorporó a los dominios de los arzobispos de Toledo y empezó a desarrollarse como población. El origen de su nombre referirse a una torre que antiguamente se erigía sobre una laguna o en las inmediaciones de ella.
El centro de la población todavía conserva el recinto amurallado con diversas puertas de acceso, y algunos fragmentos de la muralla original. Es posible recorrerlo a pie y contemplar su riqueza histórica y cultural, de esta hermoso centro histórico que fue reconocido con la declaración de Conjunto Histórico Artístico en 1974.
El cardenal Cisneros hizo que Torrelaguna lograra gran esplendor gracias, principalmente, a la construcción de un pósito –actual Ayuntamiento- y a la fundación del Hospital de San Bartolomé y de un Convento de Franciscanos de la Madre de Dios. Asimismo, se ocupó de parte de las obras de la Iglesia de Santa María Magdalena, que comenzaron en el siglo XV siendo la cabecera la parte más antigua
La iglesia es el mayor monumento de Torrelaguna y el único visitable, está erigida en sillería de piedra caliza y cubierta con teja curva. Presenta arquitectura gótica de planta basilical dividida en tres naves de cinco tramos así como una majestuosa torre con tres cuerpos rematados por un chapitel. En el interior se encuentran cinco capillas laterales –con retablos barrocos o platerescos-, tres ábsides, un coro renacentista y el retablo del templo, de 1752.
Más ejemplos del abundante patrimonio de Torrelaguna son: el Convento de las Carmelitas de la Caridad, del siglo XIX y donde destaca su Iglesia neogótica; el Antiguo Hospital de la Santísima Trinidad –del siglo X, utilizado actualmente como Casa de la Cultura-; la Abadía de las Concepcionistas Franciscanas Descalzas –reconstruida en 1960-; el Palacio de Salinas –renacentista y que actualmente alberga la casa cuartel de la Guardia Civil-; el Palacio Arteaga –de estilo clasicista -, las murallas defensivas del siglo XIV, que todavía se atisban en algunos puntos; la atalaya de arrebatacapas –torre vigía de 12 m. de altura y 19 m. De perímetro construida con mampostería y argamasa mezclada con piedras-; y las ermitas de Nuestra Señora de la Soledad, de San Sebastián y de San Miguel Arcángel.