Alquité:
Alquité es una localidad, pedanía del municipio de Riaza, en la provincia de Segovia situada en la sierra de Ayllón junto a la provincia de Guadalajara. Fue citada en la fundación del obispado de Segovia (1124) en un Documento de Alfonso VI. Formó parte de la Comunidad de Villa y Tierra de Ayllón. Hasta el censo de 1857 figuraba con nombre Alguite.
El municipio paso a formar parte de Riaza como una pedanía puesto que en 1979 el municipio de Villacorta, que entonces contaba con las pedanías de Alquité y Martín Muñoz de Ayllón anexionadas ambas sobre 1850, desapareció, agregándose al municipio de Riaza.
En las faldas de un otero y a prudente distancia de la sierra, se enclava esta pequeña localidad de construcciones realizadas en cuarcitas, gneises y areniscas. Tonalidades amarillas, ocres y pardas en un amplio entorno verde destacan a Alquité con su modesta arquitectura popular. Desde el otero y desde su pequeña y aislada iglesia de origen románico se tienen excelentes localizaciones sobre la sierra y la llanura.
La iglesia de San Pedro es el monumento destacable de Alquité, que ya aparece documentada ya en el siglo XII. La fábrica original románica de este siglo ha quedado oculta por las reformas que se han hecho a lo largo de los siglos.
Está formada por una sola nave, acabada en el este con una cabecera cuadrada, que se cubre con una bóveda de cañón. Esta ejercía un peso excesivo sobre el muro sur, que se desplazó ligeramente y tuvo que reforzar con dos grandes contrafuertes. Hay que atravesar lo que un día fue un pórtico románico, actualmente desaparecido al ser cegado, para acceder al elemento más interesante del templo, su portalada.
En la portada de izquierda a derecha se pueden observar un personaje que cabalga una arpía, cinco bestias aladas con las alas plegadas y una con las alas desplegadas, un personaje con un escudo dónde está esculpida una cruz, el rey David tocando un instrumento, y dos caballeros luchando con unas bestias monstruosas, en una clara alusión a la lucha entre el bien y el mal. La factura de estas bestias es muy similar a las que podemos encontrar en la puerta de la Sala Capitular de la catedral del Burgo de Osma.
Este arco se apoya en dos columnas, que tienen sus capiteles esculpidos con cuadrúpedos monstruosos y arpías. La delicada talla de sus plumajes y pelajes los emparienta con la escultura del monasterio de Silos. En el interior del templo se conserva una talla de la Virgen María con el Niño en su regazo. Es de factura tardorrománica, de finales del siglo XII o principios del XIII. Posteriormente se repintó de una forma muy poco acertada y a día de hoy necesita urgentemente ser restaurada.