Alto Atlas:
El Alto Atlas es una subcordillera que forma parte del Atlas marroquí. Cuenta con las mayores altitudes de todo el norte de África, con la máxima cota en el monte Toubkal (4.167 m). Se encuentra con el océano Atlántico en la zona de Agadir. La cordillera es una barrera meteorológica de Marruecos que corre de este a oeste y separa las influencias climáticas del Sahara del el clima mediterráneo del norte, dando lugar a cambios drásticos de temperatura en toda la cordillera. En las elevaciones más altas la nieve cae con regularidad, lo que permite practicar deportes de invierno. Estas nieves duran hasta bien entrada la primavera, sobre todo en la cara norte de la cordillera.
El Alto Atlas forma la cuenca de una multiplicidad de sistemas fluviales. La mayoría de los ríos discurren hacia el norte, que proporciona la base para los asentamientos en ese lugar. Una serie de ramblas y ríos estacionales terminan en los desiertos al sur y mesetas al este de las montañas. En el oeste se encuentra la parte más antigua de la cordillera. Su punto más alto es el Jbel Toubkal a 4167 m, que es visible desde la ciudad de Marrakech. El Jbel Toubkal se encuentra en el Parque nacional del Toubkal, que fue creado en 1942. El macizo se compone de formaciones del Jurásico y Cretácico surcadas por profundos valles labrados por la erosión.
Desde Marrakech, las montañas del Atlas, con su imponente masa y sus crestas nevadas, parecen un decorado irreal. Sin embargo, basta recorrer 20 km. para iniciar excursiones inolvidables y la grandeza de los paisajes, siempre nuevos, del Atlas. Saliendo por el sudeste de Marrakech se atraviesan acogedores pueblecitos bereberes: Aghmat, Dar Caïd Ouriki. Luego sigue una carretera flanqueada por jardines escalonados en terrazas, a lo largo del «oued» de Ourika.
En el corazón del país Berebere, el Valle de Ourika sigue siendo uno de los valles más hermosos y mejor conservados de Marruecos, los pequeños pueblos aferrados a los flancos de los macizos, las cascadas y paisajes rocosos que se confunden con el desierto omnipresente, todo esto conforma una armonía salvaje. El valle está conformado por pueblecitos de casas de adobe colgados en las laderas de la montaña, está situado a menos de una hora al sur-este de Marrakech, en el corazón del gran Atlas.
En Ourika estuvimos comiendo cuando hicimos esta excursión y era muy pintoresco ver el rio rodeado de terrazas, algunas de ellas cubiertas, al lado de camellos, puentes que atraviesan el rio y como siempre mucha gente intentando venderte algo. Allí pudimos degustar un excelente “tajin” acompañado de otras delicias de la comida marroquí.